Director Museo Macro Rosario (texto sobre la muestra en la que participó J. Argañarás) en CEC Rosario Mayo 2022
– Centro de Expresiones Contemporáneas –
“Mientras charlábamos sobre la concreción de esta muestra, a Jorgela Argañarás, le pareció buena idea titularla de ese modo. Para quienes formamos parte de ese conjunto que se denomina con el genérico pintor*s, la significación de esa repetición (aparentemente desafortunada) se hace inmediatamente evidente.
Para quienes no pertenecen a ese grupo, tal vez no tanto.
Sin embargo.
Quizás no sea tan difícil de explicar ese sentido aunque, en verdad, sea imposible transferir la experiencia de esa sensación: hacer pintura pintura (también se podría escribir pintura-pintura). No tengo ninguna duda de que Argañarás, no solo comprende sino practica la pintura-pintura.
Se podría caracterizar suscintamente como quien disfruta del olor a óleo (puede también ser olor a acrílico) y del resto de elementos que conforman el bouquet del taller (atelier se decía antes para referirse a ese tipo de trabajo) de artista: trementina o aguarrás, tal vez thiner, etc. No tengo duda de que ese disfrute –el disfrute de la pintura– está en cada una de sus pinceladas (o de las huellas de las herramientas con que decida trabajar) tanto como en el conjunto, en su configuración y en su estructuración”.
Loor a la pintura por Lila Siegrist, poeta – curadora
“Los fenómenos naturales confluyen en un prisma regular. Parcela, que tiene fronteras astronómicas, requiere de la destreza del cuerpo y la respiración alveolar. Definición que animaliza el universo de la civilización pictórica de Jorgela Argañarás. Definición que alimenta la cultura de los citadinos que jamás penetraron un monte, o no bucearon el lecho de un río abrazando peces ámbares, o no conocen las piletas de La Lobería, o nunca se helaron los huesos al viento atlántico. Jorgela es el olor de ese viento y es austral. Se infiltra el paisaje en su paleta aguda”.